El cielo que estamos armando

Por Candelaria Saldaño Vicente . En la noche del 11 de septiembre me senté en una butaca color bordó, en la parte del primer piso, casi en primera fila. Estaba lista para ser parte de este ritual milenario. Sentí que me había dormido en el teatro y al despertar todo se había transformado, todo era parte de una construcción onírica. La sala Carlos Gimenez ya no era parte del Teatro Real sino que había sido transformado en un templo teatral en el que me contaban las historias de cuatro mujeres que profesan este arte sagrado; un umbral en el que me enseñaban sobre los contratos y convenciones de los que somos parte quienes habitamos la escena teatral en diferentes modos. Esta puesta en escena me recordaba que las creencias no son verdades absolutas y que son solo eso, distintas concepciones del hacer, donde la sensibilidad es algo corriente en el cuerpo de quienes habitan la escena. El sábado 11 de septiembre asistí a El cielo que estamos armando , dirigida por Maria Belen Pistone co...