la Trágica agonía de un pájaro azul

Por Candelaria Saldaño Vicente.

El domingo 24 de noviembre del 2019 fui a ver la Trágica agonía de un pájaro azul en Documentas Escénicas.
No recuerdo haber visto algo que me haya conmovido tanto como lo hizo esta obra. Por momentos sentía que no podía parar de reír y por momentos no podía dejar de llorar. Fue un sinfín de emociones que me atravesaron una y otra vez en todo momento. 

El texto es de Carla Zúñiga M., una dramaturga chilena contemporánea que con sus palabras alcanzan una descripción tan fina y delicada sobre la relación entre madres e hijas, que logra atravesar y conmover a quienes espectamos.

Disfrutamos de “La trágica agonía…” por lo que es en sí misma, a pesar del dolor. Esta obra es belleza pura porque se relaciona con las cosas sensibles; porque ata y desata palabras del cotidiano que retumban en la psiquis de muchos/as espectadores/as. Impacta desde la imagen misma explotando con luminosidad en todo momento, lo que logra en muchas personas despertar el amor por lo visto. Parte del encanto está en el efecto de la realidad que conlleva logrando conmover el espíritu, lo que nos lleva a un reconocimiento de aquellas cosas que vemos, vivimos y sentimos todos los días.

En esta pieza teatral actúan: Maximiliano Gallo (Nina), Marcelo Arbach (Ema), Ana Margarita Balliano (Érika), Mauro Alegret (Elena), Carlos Lima  (Cecilia), Carlos Possentini (Norma), Sharon Olazával Miranda (Pilar), Nicolás Giovanna (Rodrigo), Viviana Grandinetti (la psicóloga), Delfina Díaz Gavier (Julio o Julia), Gonzalo Maldonado (payaso de circo) y Trinidad Pignatta (pájaro).

Dentro de este elenco numeroso está Maximiliano Gallo. Un actor que maneja una sensibilidad increíble. Con cada paso que da en escena es imposible que pase desapercibido. Él es Nina, una persona que quiere dejar de sufrir. Al ver a Gallo, pareciera que él vive en un plano más profundo, se muestra con una intensidad sumamente delicada. Cualquier emoción que demuestra, se ve mas amplificada que la de los demás personajes. 

La madre de Nina es Ema. Marcelo Arbach es quien habita ese personaje. ¿Qué hace Arbach para lograr ser realmente el rostro de aquellas madres que transitan el dolor? ¿Qué hace él para poder mostrar con gran veracidad el rostro de aquellas generaciones pasadas? Es probable que tanto por su voz como así también su presencia en escena le permitan dar vida a esta madre tan particular.

Ana Margarita Balliano es Erika. Un personaje que busca contención y una actriz que en cada aparición sabe despertar dulzura. Su presencia, su voz y su mirada transforman cada una de las acciones haciendo que tengan un sentido único en la escena y logrando que no sea un personaje más.

Elena es un personaje detestable, y muchas veces violenta, carente de toda empatía por otro/a ser humano; cada una de sus palabras hieren en distintas dimensiones. Sin embargo, ahí lo tienen a Mauro Alegret representando una de sus mejores interpretaciones. Este actor en Elena logra hasta elegir un sonido para su andar. Su partitura vocal y gestual denotan una cualidad actoral en la que vemos a un actor que sabe manejar las mímicas de su rostro. Elena es uno de los personajes más entrañables de esta obra gracias a un buen actor y a una vista externa que supo aprovechar lo que este actor tiene.

Carlos Lima representa a Cecilia, un personaje con determinación y una intensidad sensible monumental, tal vez la única que demuestra sin tapujos cómo le afecta su entorno.  Para ello Lima sabe mantener su personaje con una intención estética clara mostrando la importancia del tiempo con su cuerpo y su voz. Él no grita, él construye la metáfora del grito y explota en escena. Un actor que conmueve siempre; nos hace atravesar carcajadas y llantos durante su performance. Gracias Carlos.

Norma, otra de las amigas de la madre es interpretada por Carlos Possentini. Él es uno de los actores con gran calidad de manejo gestual. Su voz, la entonación y esa tonada tan particular le dan a Norma una de las características más finas que hacen de ella uno de los personajes más llamativos y adorables.

Elena, Cecilia, Norma, no mueren tal vez como el resto de los personajes que si lo hacen en escena (metafóricamente hablando), ellas representan otro tipo de muerte. Este grupo de “viejas terribles” tienen momentos repletos de detalles efímeros y muy bellos que hacen ir más allá de lo "correcto" y nos hace pensar en cuestiones como "estoy soy”, "esto viví" y a su vez como esto puede afectar o no el entorno.

Me gustaría mencionar, también, a dos artistas que, sin ellos/as, no hubiese sido lo mismo la escena: Nicolás Giovanna (Rodrigo) quien con extrema pulcritud representó una de las múltiples realidades que tienen las mujeres/chicas trans y travestis hoy. Logrando sensibilizar con su proceder en escena a quienes espectabamos.  Delfina Díaz Gavier (Julio o Julia) tiene una capacidad adecuada de construir las acciones de su personaje sabiendo manejar su resistencia física con gran agilidad y destreza en todo momento.

El maquillaje es otro de los aspectos de la obra que aportaron favorablemente y enriquecieron a esta puesta. Hace que cada gesto, cada mímica aumente tres veces más la intención de lo que se hizo y le dio más poder a cada movimiento. Este maquillaje fue una escritura en el cuerpo, un lenguaje que logró tener tal peso, que sin su presencia en los rostros, aquello no hubiese sido lo mismo. Les da cierta vulnerabilidad en distintos niveles que en algunos personajes se destacan en mayor o menor medida. Exquisito.

El espacio escénico es una de las cosas más bellas de esta puesta en escena. El trabajo realizado en detalle de este interior mantiene un clima armonioso durante toda la obra. Kirka Marull logró realizar una idea de como el paso del tiempo hubiese afectado el hogar, tanto como a sus vidas. El uso de los colores y elementos en escena mantienen la vista del espectador tranquilo debido a su armonía.

La trágica agonía de un pájaro azul es una obra plagada en instantes pregnantes que mantienen en todo momento la atención  de quienes espectamos, esto es a causa de un equipo que supo comunicarse y que mantiene una sensibilidad interna y externa muy profundas.

Si pueden ir a verla, ¡vayan! Espero que puedan disfrutarla tanto como yo.



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