ROLANDO
por Candelaria Saldaño Vicente . “Con tus besos tuve los momentos que más vida y felicidad me dieron… Debería habértelo dicho… ¿No, mi amor?”, dice Rolando antes de llamar a gritos a su ser amada. Lo que en realidad nadie sabe es cuánto dolor hay en esas pocas palabras. En la noche del pasado 9 de febrero en la sala Azucena Carmona del Teatro Real, me dispuse a escuchar las confesiones de Rolando; un hombre que hace una reconstrucción de su propia intimidad antes y después del quirófano, una reconstrucción atrapada entre el pasado y su presente. Exorcizando sus riesgos comenzamos a escuchar, a través de lo que dice y por medio de semejante voz, cómo son sus días en una institución y algunas cuestiones que lo atormentan. En esta pieza teatral, existe una concretización textual que facilita que haya simbiosis entre la misma dramaturgia y la actuación como líneas de fuerza del espectáculo que se sostienen mutuamente. Atravesando diferentes alteridades que se nombran y se perciben, el cr