INSIDE ME




El viernes 21 de septiembre festeje la primavera viendo INSIDE ME. Aunque tambien fui porque sabia que esa funcion era a beneficio de la Nave Escènica.

Un revuelto de monólogos y algunos diálogos del mundo de Tennessee Williams. Un destacado dramaturgo estadounidense.

Mucho. Muuuucho por ver. Mucho por amar. Mucho por criticar. Porque todo criticamos, porque todos/as critican.  A la salida, charlabamos con mi compañera sobre la obra y lo que habíamos visto. Típica conversación posespectáculo. Caminábamos rápidamente por la Alvear mientras que, detrás de nosotras, venía una pareja de personas de más de 60 años. La mujer despotricaba a viva voz que destruían a Tennessee. ¿Qué es destruir? ¿Que fue *realmente* Tennessee Williams como para que vos digas que fue destruido? Pensaba mientras la mujer gritaba. Entendiendo que lo hacia a propósito para que nosotras también escuchemos.

Cuando llegamos la atmósfera generada por los cuerpos del elenco transitaba enérgicamente y a la vista en esa sala. Ya delataba como podía llegar a ser.

Tres personas del elenco estallaban en escena. Como tres luces eran. Nicolas Giovanna, Florencia Rubio y Esteban Vallejos. Quienes se apropiaron de la escena “haciendo o sin hacer” fueron ellos/as tres. La melodía de sus frases aclaraban las intenciones del texto más de lo que lograban hacerlo el resto del elenco.

Hubo una escena bilingüe en donde había un hombre y una mujer. Más allá de la inestabilidad de los cuerpos por estar parados sobre algo no convencional (la cama usado como espacio dramatico), el diálogo y la gestualidad acompañaba a la casi perfección  (la perfección no existe) la intención del subtexto. 

La disimetría de las apariciones y desapariciones en escena jugaban a favor y en contra en varios momentos. Esto nos permitía dilucidar o percatarnos de los cuerpos en escena. Particularmente de un personaje que a través de toda la obra parecía jugar en un “como si” estuviese actuando a ser alguien extranjero a su realidad. A pesar de su notorio vestuario, nada de lo que hizo llamo la atención.

Creo que por cuestiones de direccionamiento y ritmo las escenas bajaban. En varias oportunidades. Tal vez es orden lo que le falta. Manteniendo la lógica propia que cada escena/obra tiene. Reducir o aumentar impulsos. Haría que la puesta sea más comprensible.
Este mundo de realidades distintas y no tan distintas a las nuestras, nos demuestra el deshacer y hacer del ser humano mismo.

Tantas palabras, tantas provocaciones desde lo no convencional me hizo acordar a lo sórdido que tiene el mundo nocturno en la ciudad. 

En esta obra se refieren al texto intensamente para concretar desde la escena un dominio autónomo. Y esta en cada espectador/a creer que lo logro…O no.

La voz de los/las actores/actrices dependía de la situación del acontecimiento escénico. Por momentos la voz de una de las mujeres se veía muy forzada y poco natural. Lo que hacía pensar si era realmente intencional o si esta vez no llego a hacerlo como podría. Aunque no estuvo todo el tiempo así. 

El ambiente sonoro/musical estuvo al servicio del acontecimiento teatral. Aunque a veces era casi imperceptible.

La luz, contando cómo es la apariencia de los/las actores/actrices, me dio la sensación  en varios momentos como si ellos/ellas fueran parte de retratos. Particularmente para aquellos/as personajes que se quedaban a los costados de la escena. Me ayudo a reconstruir la percepción de lo que estaba viendo. Sin dejarme pasar ninguno detalle.

Es una obra entretenida. Desde un mero punto de vista productiva y receptiva. Te hace pensar en diferentes situaciones del ser humano, como así también desde donde a este/a se lo/la ve. Esta obra teatral está atrapada entre el pasado y el futuro. Le hace honor al significado de la contemporaneidad misma.

“Todo buen arte es una indiscreción.” dijo Tennessee Williams alguna vez. Aunque esta obra es solo una provocación más.

“Welcome to the World of Tennessee Williams” dijeron.  Esa fue la parte que más me gustó. Parecía una fantasía. Un sueño. Había una lluvia de cartas, de palabras aparecía por todas partes. Y por segundos me hacía pensar que yo también estaba en escena.

El final fue casi ceremonial sin pensarlo. Me llevo a otro lugar. Me gustó porque fue diferente a muchos.

Si pueden ir, vayan a verla!!!




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