La Celestina, tragicomedia de Lita.
Por: Candelaria Saldaño Vicente.
“Nadie sufrirá lo que yo esta noche” dice Lita antes de llamar a los gritos a su amor. Lo que en realidad nadie sabe es cuánto dolor hay en esas pocas palabras… La Celestina, tragicomedia de Lita, es una versión libre, muy libre, del texto teatral La Celestina del dramaturgo español Fernando Rojas. Esta versión es dirigida por el actor, director y docente de teatro David Piccotto quien en su haber cuenta con numerosas obras como Tres Hermanas, Eran 5 hermanos y ella no era muy santa y Las de Naides, entre otras. Apropiándose de la escena, se encuentra la actriz, clown y docente Julieta Daga; a quien hemos visto en Bufón, Mediasnoches payasas, Las Pérez Correa, así como también en El amor en tiempos de Leones.
En La Celestina, tragicomedia de Lita se relata la historia de manera jocosa, tierna, a su vez triste y dolorosa, mientras la protagonista juega e interactúa con el público. Lita ve al amor como la condenación de una fractura que no la ha dejado vivir y que, por esa causa, está en su lecho de muerte. Esta historia de amor llega a quienes espectamos, también, porque nos cuenta sobre acontecimientos que construyen nuestras formas de amar. Lita no puede alcanzar esa búsqueda de plenitud en la que la alegría está en su ser amado; ese ser que no puede no amar y que ella siente que lo necesita. Esta obra es un acto de despojo, de la desapropiación del ser, ese amor por el otro, cuanto más por el otro es, más la saca a Lita de sí misma. Esta pieza teatral sostiene un ideal del amor romántico que aparece expresado en Lita desde la pérdida y el dolor como así también desde el hechizo y encantamiento por la otra persona.
Julieta Daga, quien interpreta a Lita, es una actriz dúctil que establece un vínculo cercano con el público rápidamente. Daga conduce la escena con un amplio espectro de recursos escénicos y actorales que le permiten sostener el tiempo escénico con ritmo y fluidez, tanto en el relato como en la interacción con quienes espectamos. Ella es una actriz generosa que vuela a través de su técnica.
Uno de los ejes más importantes en esta obra es el dispositivo escenográfico. Factor clave que define y representa la metáfora de la relación que Lita relata. Es el corazón que sostiene la acumulación y el desplazamiento en las acciones de la actriz. La forma, la dimensión y la disposición del mismo funciona a la perfección en conjunto con la iluminación y la actuante. Su pregnancia es permanente, se establece como un personaje más en la escena.
El diseño lumínico activa la sensación de pertenecer al universo de Lita. La dirección de las luces dan precisión a la percepción de las acciones de la actriz y crea la atmósfera justa sobre mundo del que estamos siendo partícipes. Nada sería lo mismo sin esa presencia lumínica en escena.
En La Celestina, tragicomedia de Lita aparece el abismo del amor en la vida y de la vida en la muerte en el que Lita se presenta con lo único que tiene: el amor por el otro. Es así como su voz monologante interpela e involucra a quienes espectamos desde la reconstrucción del estado más crítico del ser humano, el sentimiento universal que nos desencaja de cualquier forma; desde lo más insoportable y lo más hermoso en esta existencia. ¿Qué pensaba Lita en su último suspiro? : Donde se junten diez personas o más díganle estas tres cosas: Primero, que es forzoso amar. Segundo… que verdaderamente el que ama debe turbarse dulcemente al soberano deleite, gozar, gozar, gozar. Y tercero, que Lita… bueno… vayan a ver la obra que morirán de ternura.
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