VOLVER AL RADIOTEATRO ​(Parte II)

Por Candelaria Saldaño Vicente.

Bienvenidas/os a la segunda parte de "Volver al radioteatro". Como mencioné en la primera parte, retomaré la idea del radioteatro como mi alternativa para experimentar o percibir algo similar a lo que el teatro me produce. Dado que esta disciplina artística, se comprende con los sentidos, es en vivo y no a través de una pantalla. Aunque se puede disfrutar de la filmación (streaming) de una obra teatral, el videoteatro no es teatro. Entonces, en estos tiempos tan desencajados que nos invaden, elijo hablar y recomendar el radio teatro.

El radioteatro es un género de teatro que fue una forma de entretenimiento popular a nivel mundial en los comienzos del siglo XX. Su contenido gira en torno a obras de teatro, novelas e historias fantásticas. Necesitan de óptimas voces para hacer funcionar los diálogos complementados con efectos de sonido y música. Este trabajo bien realizado facilita al/a la oyente poder imaginar con detalle la historia que está escuchando. Este tipo de experiencias suelen ser más intensas que las ofrecidas a través de una pantalla, como las percibidas en el teatro, pero en esta ocasión por medio auditivo.

El Radioteatro de la Comedia Cordobesa

La Comedia Cordobesa, desde hace 61 años (fue creado en 1959, por Ley N° 4587), es uno de los elencos estables de la provincia de Córdoba. Bajo el ciclo “Real en casa”, han dispuesto ciclos de radioteatro disponibles en la plataforma digital de YouTube, a través del canal del Teatro Real.

En los años 70, el mismo elenco, había trabajado este género con autores clásicos argentinos. Azucena Carmona, Jolie Libois, Mario Mezzacapo, Juan Carlos Marletta, entre otros integrantes de ese elenco, eran algunas de las voces que más se recuerdan en el género, por aquellos tiempos.

Las obras que están disponibles en YouTube, fueron grabadas en 2012; co-producidas por la Agencia Córdoba Cultura a través del Teatro Real, los SRT y La Metro Escuela de Diseño y Comunicación Audiovisual.

Estas atractivas interpretaciones fueron dirigidas por Mario Mezzacapo, con la coordinación general, edición y montaje de Lito Fernández Mateu.

“El cuerpo es el que canta a través de la voz” estas palabras de Roland Barthes, en “Essais critiques” en 1972, me motivan a empezar este escrito. Quienes ya lo han experimentado, de alguna u otra forma, a través de la radio, un podcast o audiolibro, saben las sensaciones que una historia oída puede llegar a producir. Aquello que nos atrae o nos aleja es lo más llamativo de esta extensión invisible del cuerpo: la voz.

A su vez, los distintos efectos de sonido y canciones o cortinas musicales que acompañan, hacen de esta experiencia algo realmente agradable. El efecto que produce afecta en distintas dimensiones, que muy pocas veces son fáciles de describir con palabras concretas.

En este caso, podemos sentir, a través del oído qué pulsiones nos generan lo que escuchamos. Esto, también, está relacionado con el manejo que el/la actor/actriz tiene en su voz, uno de sus elementos de trabajo.

En este elenco, tenemos la posibilidad de disfrutar una variedad hermosa de voces, donde hay heterogeneidad de inflexiones, entonaciones, intensidades, volumen, cadencias y timbres de voz.

Hay una relación del lenguaje y la voz super particular a destacar en varias de las personas que actúan en estos unitarios; Adrián Azaceta, Beto Bernuez, Pablo Tolosa, Raul Sanchez, Gonzalo Tolosa, Lito Fernández Mateu, Carolina Godoy, Clara Weller, entre otros/as. Ellos/as mantienen una musicalidad estupenda en escena. Cada una/o en sus distintas variaciones y formas de proceder, logran mostrar carácter (lo que yo llamaría presencia en teatro), haciendo que sus voces no pasen desapercibidas y demuestren su eficiencia.

Entre los/las actores y actrices hay tres personas con voces únicas, con un encanto especial: Cecilia Román Ross, Oskar Mercado y Silvia Pastorino.

Cecilia Román Ross tiene una voz especial; ella tiene una voz muy dulce y cantarina. Cuenta con una característica muy particular, un cierto efecto teatral; con una calidad sutil, justa, armoniosa y hasta musical. Articula las palabras de una forma agradable de escuchar.

Oskar Mercado posee una voz grave, potente y viril. Está su voz y luego el mundo. De una fuerza imponente, de gran carácter, con mucho peso. Articula las palabras dándole efectos de velocidad o lentitud con el tiempo justo. No por nada es el relator en la mayoría de las historias. Su voz eclipsa el sentido del texto.

Silvia Pastorino, mejor conocida como la actriz de la voz, cuenta con una limpia, clara y atendida voz, lo que nos posibilita sentir un ritmo especial y que, por esto entre otras razones, nunca envejece. Articula sus palabras dentro de un marco rítmico armonioso, por lo que podemos percibir una dicción bien trabajada. El grosor semántico de su voz es muy delicado y sensible. Es otras palabras, tiene una voz preciosa.

Aunque mencioné a varios/as actores y actrices, no significa que los/las no nombrados no estén bien, para nada, mi palabra no es una verdad absoluta. Lo bueno de este género es poder disfrutar la calidad heterogénea y cantidad de voces, porque de eso también se trata, de tener una amplia gama con diferentes voces que nutren las historias.

En YouTube, también, encontrarán la presentación a cada historia realizados por diferentes actores y actrices de este elenco. Las historias que se pueden disfrutar son:

- “Un guapo del 900” de Samuel Eichelbaum.

- “Mateo” de Armando Discépolo.

- “Doña Rosita la soltera” de Federico García Lorca.

- “El conventillo de la Paloma” de Alberto Vacarezza.

- “La Valija” de Julio Mauricio.

- “Los Prójimos” de Carlos Gorostiza.

- “Segundo tiempo” de Ricardo Halac.

- "El enemigo del pueblo" de Henrik Ibsen.

- "La Celestina" de Fernando de Rojas.
- "El médico a palos" de Moliere.

Las historias que están marcadas, son aquellas que más llamaron mi atención, aunque les invito a escucharlas a todas y que ustedes saquen sus propias conclusiones.

Escuchar historias a través de radioteatro, podcast o audiolibros son una forma hermosa de volver en el tiempo o hasta poder percibir la historia como propia, como cuando alguna amistad te cuenta lo que le sucedió.

Espero puedan disfrutarlas tanto como yo.