AURORA NEGRA

Por: Candelaria Saldaño Vicente.

Sábado 21 de agosto. 20h. y la tercera función de Aurora Negra, la tercera obra del ciclo Córdoba Contemporánea en escena en la sala Carlos Gimenez del Teatro Real con el elenco de la Comedia Cordobesa. Obra escrita por Julieta Reyes, dirigida por Maria Palacios.

No puedo explicar el encanto que fue esa experiencia y lo rápido que pasó. Un estallido sublime por donde la mires, un fulgor que me dejó conmovida. El placer y el deleite de todo lo que se nos convidó fue como una serie de irrupciones que iban apareciendo y desapareciendo constantemente. Hay algo de lo gigantesco y de la sorpresa que atrae. De pequeñas sorpresas que te van llevando. 

Es una propuesta simple pero no simplista. Hay una clara manifestación de una belleza estética que te atrae por demás desde el inicio a través de lo visual. Puramente visual. Hay una necesidad de hacer con el otro a partir de una construcción definida que se desplaza en la escena y por toda la sala Carlos Gimenez. Existe un placer estético y placer teatral que nos lleva a poder percibir un acontecimiento repleto de culminaciones extremas que nos muestran el quehacer teatral y el trabajo en el detalle del detalle de la directora. Qué ojo tiene Palacios. Qué intuición. Que manera de hilar fino.

Aurora Negra es un trabajo ponderado que cuenta con matices y un sentido de la estructura que es dinámica y poderosa. Su carácter general es profundo y a la vez monumental, haciendo que todas las unidades aristotélicas presentes sean cognoscibles y nos permitan deleitarnos con toda la experiencia escénica. 

La elección del diseño sonoro no es para nada dato menor, fue clave en todo el clima que generó y uno de los/las responsables del encanto del que fuimos parte. Los sonidos y la música elegida, en conjunto con la magnífica propuesta lumínica y la escenografía hicieron explotar todo. 

Los actores y la actriz presentes, nos mostraban cuerpos atravesados con la materialidad del espectáculo que logran complementarse. Por un lado, los dos gigantes de la escena, Oskar Mercado y Giovanni Quiroga como Vladimir 1 y Vladimir 2. ¿Los han escuchado? ¿Los han escuchado juntos? ¿Los han escuchado por separado?. Qué calidad que tienen para apropiarse de la escena. Tal vez porque ambos actores son de gran estatura y ambos cuentan con voces graves y potentes o tal vez son los años del trabajo actoral que hacen poder dilucidar lo que sucede en escena con gran solidez. No hay nada de más, nada de menos. Por otra parte, Cecilia Roman Ross atraviesa la escena con una partitura de acciones delicada y sutil que permite completar la triada aliviando tensiones.

La obra duró 45 minutos y pareció más corta aún. Fue tanto lo que se mostraba y tan sostenido que ni percibí cuánto tiempo había pasado hasta que terminó. Estaba tan bien hilada que no había ni un momento de distracción alguna. El tiempo en esta obra corrompe y corroe. Me estrujó el corazón y me lo devolvió impecable, sonriente. Quién no sepa porque hacemos teatro al ver esta obra lograra comprenderlo. El aire estaba tan espeso de teatro que sentía que podía tocarlo y decir de esto estamos hechas/os y por esto vale la pena vivir.




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